Sudáfrica 2010: El Sueño Acabó

Argentina eliminada: Se terminó el sueño de los justos

Argentina demostró que en los primeros cuatro partidos, fue un cúmulo de individualidades desequilibrantes. En primera ronda, ante rivales inferiores y en octavos, frente a un México mucho más sólido que nigerianos, coreanos y griegos; pero que tampoco fue medida para imaginar el futuro. Alemania nos desperto con un fierrazo.
Con el diario del lunes bajo el brazo, es muy fácil caerle al equipo argentino, pero veníamos sosteniendo que faltaba trabajar ciertos aspectos tácticos e imponer un patrón de juego definido, para alcanzar el rendimiento esperado. Pero aún así, Diego nos hacia soñar.

Alemania convirtió el sueño en pesadilla, siendo netamente superior y mostrando un juego colectivo que en lo queda del torneo, parece muy difícil de superar.

La llegada al estadio, fue impresionante. Camisetas argentinas y caras pintadas de hombres y mujeres de todas partes de Sudáfrica. La gente se hizo hincha de este equipo, no por lo que desplegaba en la cancha, sino seguramente por dos emblemas: Diego y Messi.

Sostienen a Maradona como a un "Dios pagano", casi a la altura de Mandela y al muy popular por estas tierras, Ernesto Che Guevara. Los dirigentes argentinos no lo decían en publico, pero lo sostenían por lo bajo. Muchos no creían en el final feliz de esta historia. En la recta final, afloraban las ganas de volver. Ya habían conocido Sudáfrica con estadia Vip y el 8 de agosto comenzará el campeonato local. Hay que volver rápido a Buenos Aires, porque se viene el cierre del libro de pases. Punto final para las improvisaciones e irregularidades made in Grondona, mientras algunos saborean la caída del ídolo.

Volverán tristes, los 5 o 6 periodistas de TyC que pasaban a la concentración de Petroria, para que los jugadores les firmen pelotas y camisetas, mientras el pelotón de jornaleros de la notica, pugnaba por la declaracion de algún suplente.

Queda en mi recuerdo, el partido más vibrante que vi en este Mundial: Uruguay-Ghana. La garra charrúa, la inocencia de Ghana y las lágrimas de miles y miles de hinchas, negros y blancos, rubios y morenos, que se unieron para sufrir por la derrota del equipo africano que los representaba, aún sin saber los nombres de los jugadores, o las reglas de este juego, que llegó a estos lares, posiblemente para quedarse.

(Gustavo Sánchez en Sudáfrica -Canal 7)