2010/09/11

Luciana Aymar: Más que Lucha...

Mix de talento y belleza, Aymar es un imán para las marcas
En pleno Mundial, la mejor jugadora del mundo es la imagen de Nike, PokerStars, Nivea y Gatorade. Además de brillar en la cancha, se animó a modelar y a conducir en televisión
De publicarse alguna vez un libro del estilo “Historia del deporte argentino”, Luciana Aymar será merecedora de un espacio importante. Luego de que Gabriela Sabatini fuera la referencia femenina durante los ‘80 y los ‘90, “Lucha” se apoderó de ese lugar en la última década, a fuerza de títulos personales (seis veces fue elegida como mejor jugadora de hockey sobre césped del mundo) y grupales (un título mundial y tres medallas olímpicas con Las Leonas). Pero a los 33 años, mientras disputa su último Mundial en Rosario, su ciudad natal, Aymar se ha posicionado como una imagen cautivante para las marcas, que la convocan para presentar sus productos.
Deportista amateur, en los últimos años la rosarina descubrió que puede sacar rédito de su figura afuera de la cancha. En la actualidad, sus contratos publicitarios se multiplican y, si bien no trascendieron los montos firmados, se sabe que para tentar a “Lucha” hay que desembolsar una bolsa similar a la que se les paga a rugbiers y tenistas de relieve. Aymar, mientras deslumbra con sus jugadas maradonianas en el Mundial, es la cara de Nike, PokerStars, Nivea y Gatorade, entre otras marcas. Además, realizó campañas para firmas como Európtica, Unicef y Personal. Además, el año pasado condujo un programa en Fox Sports y, hace un mes, salió a la venta su libro: “Corazón de Leona”, escrito por el periodista Luis Calvano.
Atractiva, Aymar también empezó una carrera paralela en el modelaje y posó ligera de ropa para las principales revistas argentinas. Sin embargo, se negó a posar desnuda para Playboy, que le hizo una suculenta oferta. “Creo que nunca lo haría”, confesó, al mismo tiempo que reveló cuál es la receta de su escultural físico: “Hago dieta, me entreno y tengo decenas y decenas de cremas; tantas que ya no entran en el baño”. En lo deportivo, su liderazgo creció aún más desde que la designaron como capitana del equipo con el que sueña, en cuatro días, levantar la copa del mundo ocho años después del primer título, pero en Rosario, su casa.

(Cronista)

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