2010/11/22

Macri: Casamiento y Algo Más

Macri, entre el romance y la construcción de un nuevo perfil de candidato
La voz parecía de soprano y era tan perfecta que muchos de los invitados no se percataron de que la mujer cantaba en vivo. Las miradas estaban puestas en Juliana Awada. Como para no alterar ningún detalle, ella caminaba lenta, sensualmente . La esperaba Mauricio Macri a los pies de una suerte de altar, sin referencias religiosas , blanco y moderno.
El actor Martín Seefeld simulaba ser un pastor. Dijo que lo habían elegido para conducir la ceremonia por ser el más caradura de los amigos del novio. La parodia estaba guionada, pero hubo que bajar el tono porque la pareja se quebró. Primero por la emoción y luego por la risa , cuando José Torello, también en el altar, dijo que ahora que está enamorado Macri se da cuenta de que los árboles son árboles. Luego vinieron las palabras de Juliana. Macri se arrodilló en el pasto para oírla. “Me cambiaste la vida”, dijo la dama. “Es una hechicera”, volvió a decir él.
Alguien, desde la última fila de sillones, le recordó a Macri con sarcasmo: “Entre una hechicera y una bruja sólo hay seis meses de convivencia”. La frase se la repitieron más tarde mientras bailaban en la carpa de la estancia La Carlota. Macri contestaba: “Sé que perdí muchos puntos con ustedes”. Sus pasos de bailes eran ampulosos.
“Hay otro Mauricio, más sensible, más humano” , lo definen hoy los mismos que antes le adjudicaban portar una personalidad fría, parca, con carácter muy difícil. “Ahora hasta nos dice que nos quiere”, contó Torello, su amigo del Cardenal Newman y funcionario de confianza del Gobierno. Lo mismo deslizó en su mesa Gregorio Chodos, que lo conoce desde que el jefe de Gobierno tiene cinco años y a quien Macri considera su segundo padre.
“Ahora hay un candidato en serio” , opinaban en la fiesta los que tienen la campaña presidencial entre ceja y ceja. ¿Tan así será? “Ojo que no pierda toda la libido para la campaña”, advirtió alguien menos conmovido por las muestras de amor.
Por lo pronto, se sabe que, entre burbujas y carnes asadas, en la ceremonia de bodas también se habló del papel que podría jugar la señora de Macri en la campaña. “Es una mujer inteligente, y ellas siempre tienen una mirada más sensible y sensata que los hombres”, describió Jaime Durán Barba, el asesor estrella de PRO, que compartió la mesa -y el vuelo privado- con los peronistas Diego Santilli, Ramón Puerta, el radical Enrique “Coti” Nosiglia, y con el empresario Nicolás Caputo. Con el mismo tono proselitista hablaron, a solas, en medio del campo y a altas horas a Francisco de Narváez y Jorge Macri. ¿Reconciliación Macri-De Narváez para 2011? El más ajeno a estas conversaciones era el propio Macri. Estaba concentrado en tareas que, a decir verdad, lo divierten más . El jefe de Gobierno no se privó de nada: cantó Love of my life , de Queen, y cuando quiso colocarse los bigotes de Freddie Mercuri se atragantó y tuvo que cortar. Sus dotes artísticas flaquearon cuando se proyectó un video con él cantando un tema de Juanes. A Juliana no le importaba: en el video clip actuaba Valentina, su hija de 7 años.
La fiesta se consumió a las 4:30 de la madrugada, lo mismo que las últimas copas de champagne. Macri y Awada se fueron apurados porque al otro día salían de luna de miel. Otros se fueron tarde porque tenían cara de estar demasiado felices, aunque sin hacer papelones por los tragos de más.
“Fue todo muy light, cero excesos” , resumió Guillermo Cóppola. Si Guillote lo dice.

(Santiago Fioriti-Clarín)

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