La ex pareja es culpable del 39% de los asesinatos de mujeres
La mujer, de 45 años, había hecho cuanto estaba a su alcance para librarse de las palizas y del hostigamiento de su ex marido, de 50 años. No bastó: el 2 de agosto pasado a las 8.15 – dieciséis meses después de haberse alejado del hogar, con custodia policial –, dejó a sus dos hijas en la escuela, en Palermo, y en la puerta misma recibió tres balazos. El hombre, disfrazado, con peluca y bastón, estaba acechándola enfrente.
La mujer sobrevivió, aunque continúa internada en el Hospital Fernández. Pero otras víctimas de la violencia de género no lograron escapar, aún tras haber roto el vínculo con el agresor: el 39% de los 121 femicidios registrados en lo que va del año fueron cometidos por el ex marido, ex concubino o ex novio .
“Cuando empieza la violencia física es un poco tarde , porque ya hubo un desmantelamiento de la mujer a través de la violencia emocional –subraya Lucía Heredia, psicóloga de las Comisarías de la Mujer desde 1994–. La violencia física, la identificar en el espejo. Pero la descalificación, la humillación, el trato degradante, que provocan un daño terrible, no los ve ni puede creerlo: piensa que algo anda mal, pero que quizás es por algo que ella hizo”. Y muchas veces, ése es el principio.
“Hay que hacer como con las enfermedades: que las mujeres estén informadas y puedan reconocer los comienzos de las dinámicas de violencia, para ponerles límites y reconstruir la relación de otra manera, o bien cortarla. Cuando lo hacen, logran salir; si no, la violencia se arraiga”, observa Silvia Chejter, directora del Centro de Encuentros Cultura y Mujer.
“Muchas mujeres lo reconocen, pero no encuentran apoyo en su entorno cercano –agrega la socióloga–. ‘Ya va a cambiar, aguantate, va a ser diferente cuando vengan los niños’, le dice la madre. Hacen falta políticas desde el jardín de infantes: de educación no sexista, de cambio de valores, de respeto al otro”. Ése es uno de los puntales de la ley sobre violencia contra la mujer, recién reglamentada, pero sin aplicación por falta de presupuesto.
“El hombre sabe qué botones tocar; y la mujer va dando respuestas que son clichés, porque la víctima quiere que eso pare.
Cuando deja de responder como él espera, empieza la ruta crítica . El mayor riesgo aparece durante la salida de la mujer, ya sea a denunciar o a pedir asesoramiento”, observa Heredia.
Al menos uno de cada cuatro femicidios fue cometido antes de los dos meses de la separación .
La mujer baleada en Palermo había recurrido a la OVD en abril de 2009. Su caso fue evaluado como de altísimo riesgo, y ese mismo día, un juez dictó la medida de exclusión. Dos semanas antes del ataque había sido condenado a 18 meses de prisión en suspenso por amenazas.
“Sólo un ínfimo porcentaje de las amenazas se cumple –indica Analía Monferrer, coordinadora de la OVD–. Los juicios orales por lesiones graves o gravísimas, homicidio o tentativa de homicidio, siempre están precedidos por denuncias previas, en el fuero civil o en el penal, que no tuvieron respuesta adecuada : no se adoptaron medidas, o se adoptaron y no se cumplieron”.
Las especialistas consultadas por Clarín señalan que aún tomando todos los recaudos hay situaciones imprevisibles . “Hay hombres violentos que aceptan los límites por temor a las consecuencias –judiciales, laborales, sociales– o por el vínculo con los hijos. Pero otros no aceptan ningún límite ”, comenta Mónica Dhomen, docente del posgrado en violencia familiar (UBA).
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